Nada más abrir los ojos ahí estaba el primer rayo de
sol en la cumbre del Lantang.
Empezamos cuesta arriba, como de costumbre, y enseguida llegamos a
Mundu, también llamado Lantang de Arriba, donde pastaban los yaks al
calor del sol que a estas horas resultaba muy agradable. Seguimos el
camino salpicado por incontables monumentos funerarios “mani” que
siempre, al pasar, hay que dejarlos a nuestra derecha.
El paisaje de esta zona es siempre de praderas con pendientes suaves que
casi sin darnos cuenta nos iban acercando a los 3800 metros de altitud de nuestro
destino de hoy, Kianjin Gompa, distante menos de 6 km de Langtang. Hoy es muy importante llevar un ritmo pausado para una buena aclimatación así que de camino hicimos una pausa en el Hard Rock Café.
A mediodía llegamos a nuestro destino de hoy Kianjin Gompa, un pueblo bastante grande y lleno
de hostales familiares. Íbamos distraídos contemplando el paisaje de
montañas inmensas que nos rodeaban así como las estupas que anuncian la
proximidad del pueblo cuando, de repente tras un resalte rocoso en un
pequeño plano elevado sobre el cauce del río nos encontramos todas las
casas del pueblo ante nuestros ojos. La ubicación es ideal al estar en
una zona soleada y protegida del viento.
Después de una pequeña pausa para elegir un alojamiento a nuestro gusto y comer algo es buena idea salir a caminar y ganar algo más de altura para volver a descender y mejorar la aclimatación. Un camino bien marcado y muy concurrido lleva a la cercana cumbre Kianjin Ri de 4400 metros y un mirador espectacular sobre las
cumbres y glaciares del Langtang Lirung, Changbu y Yubra. El ascenso tiene una pendiente pronunciada, la altitud
empieza a ser importante y los efectos de mal de altura pueden aparecer
en cualquier momento si vamos demasiado deprisa y no paramos a beber
cada poco. Además las vistas que van apareciendo a medida de ganamos altura bien merecen pausas para la contemplación y la fotografía.
Alcanzamos la cima y aprovechamos para descansar y disfrutar de las vistas aunque la niebla, que siempre hace acto de presencia sobre las 3 de la tarde, hoy también nos quiso acompañar. Decidimos seguir ascendiendo, con la esperanza de que el viento abriese un claro en cualquier momento, hacia el Menchhyamsa Ri 4600m. Por delante nos quedaba un desnivel de 200 metros en menos de 1 km. La cumbre nos recibió engalanada con banderas nepalís y una pequeña estupa.